Una de las actividades fundamentales del trabajo de Ars Performance Lab. es la creación de estructuras performativas. Se trata de eventos elaborados detallada y artesanalmente a partir de varios elementos: antiguos cantos tradicionales de resonancia, encantaciones, formas de movimiento, así como textos antiguos y/o materiales poéticos contemporáneos. En este contexto, los montajes creados hasta el momento, como Ergo/Télesis, Cants de Sofia (Cantos de Sofía) o el actual, El viatge kreol (El viaje kreol), no son espectáculos en un sentido estricto. Si bien se trata de piezas precisas y estructuradas, similares a un espectáculo en el campo del teatro, no se enfocan sobre un montaje creado para la percepción del espectador ni se pretende necesariamente contar una historia. Esto no excluye un aspecto narrativo o un cierto hilo asociativo.
La peculiaridad de las estructuras performativas de nuestro trabajo es que el acento, además de hallarse en la forma estrictamente artística, incide de manera explícita en el trabajo sobre sí mismo, en la terminología de Stanislawski y Grotowski, de los actuantes. Es decir, el proceso que éstos hacen a través del itinerario de la pieza y de los elementos –entendidos como herramientas– que la constituyen (los cantos, los textos, los impulsos y acciones y el contacto) se concibe como aspecto crucial. Así pues, la “litúrgia” del evento se elabora de forma rigurosa desde el punto de vista de la forma y la composición de la pieza, de la partitura del actuante y de su proceso –llamémoslo– interno. Las estructuras performativas prevén y abrazan la presencia de un número reducido de observadores en calidad de testimonios.
La peculiaridad de las estructuras performativas de nuestro trabajo es que el acento, además de hallarse en la forma estrictamente artística, incide de manera explícita en el trabajo sobre sí mismo, en la terminología de Stanislawski y Grotowski, de los actuantes. Es decir, el proceso que éstos hacen a través del itinerario de la pieza y de los elementos –entendidos como herramientas– que la constituyen (los cantos, los textos, los impulsos y acciones y el contacto) se concibe como aspecto crucial. Así pues, la “litúrgia” del evento se elabora de forma rigurosa desde el punto de vista de la forma y la composición de la pieza, de la partitura del actuante y de su proceso –llamémoslo– interno. Las estructuras performativas prevén y abrazan la presencia de un número reducido de observadores en calidad de testimonios.